Cecilia Méndez: Cádiz, o el Liberalismo en varias lenguas. Los indios y el impacto mundial de la Constitución de 1812

En el Perú de fines de los años 1970, cuando el marxismo y la teoría de la dependencia reinaban en las ciencias sociales y se minimizaba la historia política, a nadie se le ocurría hablar de la Constitución de Cádiz. Una de la pocas excepciones fue la historiadora Christine Hünefeldt, cuyo artículo pionero, “Los Indios y la Constitución de 1812” fue publicado en la revista Allpanchis Phuturinqa en 1978, cuando la dirigía Alberto Flores Galindo.

En la década del cuarenta, Luis Alayza Paz Soldán le había dedicado un importante libro a la Constitución de Cádiz, destacando la participación de los delegados americanos en las Cortes (parlamento español). En los setenta, con motivo del Sesquicentenario de la Independencia, el gobierno militar publicó la Colección Documental de La Independencia del Perú, que incluía varios tomos alusivos a la participación peruana en Cortes de Cádiz, a cargo de Guillermo Durand Flórez, aunque pocos historiadores lo notaron.

El aspecto más revolucionario de la Constitución de Cádiz fue la abolición de la monarquía absolutista a través del establecimiento de gobierno representativo en el mundo hispano. Se disponía que en cada pueblo de más de 1,000 habitantes se estableciera un ayuntamiento (cabildo) constitucional, dejando sin efecto la separación legal entre la “república de indios” y la “republica de españoles”, que había prevalecido durante tres siglos de domino colonial. Con la Constitución, además, los indios podían alcanzar la ciudadanía española, tanto como los criollos y mestizos, aunque lo mismo no se les permitía a los afrodescendientes, mostrando los limites del liberalismo decimonónico. Aún así, se trataba de un documento políticamente muy liberal para el contexto europeo y anglosajón. En Estados Unidos, por ejemplo, los indios sólo serían considerados ciudadanos estadounidenses a partir de la década de 1920.

Felizmente hoy se revalora el impacto de la constitución de Cádiz -que en España es popularmente conocida como “La Pepa”- no solo a nivel peruano sino mundial. Y es que su importancia no puede desestimarse. Con una Francia de retorno al absolutismo y una Europa invadida a por Napoleón, España se convirtió en el foco de resistencia al absolutismo europeo y cuna del un renovado liberalismo político entre 1808 y 1814, periodo en que los españoles resistieron tenazmente la invasión francesa. Entre 811 y 1813, con el empuje de varios delegados americanos, se promulgaron en Cadiz leyes liberales emblemáticas, entre ellas, la de la abolición del tributo indígena, la mita, y el trabajo gratuito de los indios; leyes que al llegar a América causaban jaquecas al Virrey Abascal y algarabía a los beneficiados, como lo mostró el trabajo pionero de Hünefeldt.

En la década de 1950 el erudito Paul Rivet reimprimiría varias de las proclamas y decretos de las Cortes de Cádiz que fueron traducidos al quechua, aimara y guaraní, varias de ellas impresas en Buenos Aires para su difusión en el continente.

Más allá del mundo hispánico, la Constitución de Cádiz viajó hasta la India (vía Portugal), donde sus ideas liberales inspiraron las luchas anticoloniales contra los ingleses, de acuerdo al historiador Charles Baily. Cuatro décadas después, en 1854, Karl Marx la comentaba elogiosamente en un artículo del Daily Tribune.

El impacto de “La Pepa” se dejó sentir también muy pronto en Estados Unidos, donde se publicó una traducción al inglés en esa otra “cuna de la libertad” que era Filadelfia. Corría el año de 1814, cuando Cuzco era remecido por la rebelión de los hermanos Angulo y el cacique Mateo García Pumacahua.

Como un obsequio por bicentenario de la promulgación de “la Pepa”, adjunto con esta nota una foto de la portada de la edición de Filadelfia de 1814, un raro ejemplar que guarda la biblioteca de la Universidad de California, Santa Barbara, donde suelo enseñar estos temas. Ojalá nuestros políticos puedan algún día aprender de las enseñanzas del liberalismo de Cádiz. Y ¡qué viva la Pepa!

Créditos: la fotografía de la cabecera proviene de aquí. Fue proporcionada originalmente por la autora para este blog.

Published by José Ragas

Soy Ph.D. en Historia por la Universidad de California, Davis. Actualmente me desempeño como Profesor Asistente en el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile. Anteriormente he sido Mellon Postdoctoral Fellow en el Departament of Science & Technology Studies en Cornell University y Lecturer en el Program in the History of Science and History of Medicine en Yale University. Correo de contacto: jose.ragas(at)uc.cl Para conocer más sobre mis investigaciones, pueden visitar mi perfil o visitar mi website personal: joseragas.com.