Cuando la atención sobre la trayectoria de las revueltas que comenzaron en Medio Oriente estaba buscando nuevos epicentros como Israel, España o Chile, la noticia del inicio de una serie de protestas en Londres apareció como algo inesperado.
Sin embargo, puede insertarse dentro de la ola de malestar acumulado que estaba a la espera de una chispa para estallar. Y como en otras ocasiones, esta se ha debido a un incidente con la policía, que ha significado la confusa muerte de una persona mientras el Gobierno ha optado por la represión sin más y la criminalización discursiva de los manifestantes.
Asimismo, es posible encontrar eventos similares en años recientes, como las protestas que tuvieron lugar en París en 2005. Al igual que otros levantamientos más esporádicos, estos se llevan a cabo en zonas de la periferia urbana, en las que los gobiernos locales apenas han mostrado interés. Por supuesto, la explicación es más compleja, y cada caso merecería incluir elementos específicos, como inmigración, racismo, pauperización, crisis económica.
En este caso en particular, cabe mencionar que la City (nombre con que se conocía a Londres) ha sido escenario de levantamientos desde la Edad Media. Para tener una perspectiva más amplia, traduzco un artículo aparecido hoy en The Guardian que explora la historia de estas protestas desde el arte.
Recomiendo escuchar London Calling de The Clash, mientras leen el artículo.
I depict a riot, por Jonathan Jones
De acuerdo a la policía, se trata de la peor revuelta en Londres que podamos recordar. Pero, ¿qué si vamos más allá de nuestra memoria inmediata? La capital británica ha presenciado algunas de las más espectaculares revueltas y rebeliones. Las más tempranas no han sido filmadas o fotografiadas, pero pueden ser vistas en pinturas antiguas e impresas.
En una imagen proveniente de un manuscrito medial de las Crónicas de Froissart, el rey y los nobles son exhibidos en toda su pompa haciendo frente a un ejército de miserables en frente de una de las torres de Londres. La revuelta campesina de 1381 azotó la capital y arrasó la Torre de Londres, cuyos defensores fueron masacrados. La nobleza feudal sabía cómo contraatacar. Luego de que el líder rebelde Wat Tyler acudiese a negociar con el rey, fue apuñalado hasta morir -los nobles dijeron en su defensa que él había iniciado el ataque, y no hay fotografías tomadas con algún teléfono celular que contradiga su versión- y el orden social fue así violentamente reestablecido.
El rey Carlos I no fue tan afortunado en los años 1640, a medida que su conflicto con el parlamento devino en una guerra. En Londres, los radicales Levellers establecieron una serie de debates sobre justicia social en Putney. El retrato de dos hermanos de la nobleza, Lord John Stuart y Lord Bernard Stuart, por Anthony van Dyck, ubicado en la National Gallery, muestra la escala del conflicto. La pintura es una confirmación en lienzo de la prepotencia de las clases dominantes; estos jóvenes de largo y lacio cabello nacieron para gobernar. Pero nunca lo hicieron, ya que ambos murieron peleando del lado del rey en la guerra civil.
Ni la revuelta campesina de 1381 ni la guerra civil tienen mucho en común con la actual revuelta que se desarrolla en Londres, pero podemos encontrar mayores semejanzas con la revuelta de Gordon del siglo XVIII. Una pintura de época que muestra la destrucción de la prisión de Newgate durante las protestas de 1780 puede parecer familiar a quienes hayan estado viendo las imágenes de esta semana. La prisión es incendiada por la muchedumbre y arde de modo incontenible. Al mismo tiempo, los prisioneros escapan y la prisión es demolida.
Las protestas de Gordon no fueron precisamente agradables. La plebe del siglo XVIII vivía en una pesadilla urbana, si creemos a William Hogarth. Pero la desesperación no alimenta necesariamente nobles ideales: la revuelta fue provocada por un ablandamiento de las leyes contra los católicos. Intolerantes manifestantes atacaron embajadas extranjeras y barrios católicos. Las imágenes recuerdan al Londres de esta semana: en otro impreso del siglo XVIII, la muchedumbre prende una hoguera hecha con muebles en frente de Newgate, reconociendo, como lo hicieron los manifestantes esta semana, que los muebles y los almacenes de muebles suelen arder mejor.
Las protestas de Gordon han sido, con cierta seguridad, las más grandes en la historia de Londres hasta el día de hoy. Cientos de personas fueron asesinadas para terminar con el desorden.
Mirando los impresos que muestran la capital en llamas en 1780 el paralelo con la situación actual es sobrecogedor. Basados en esta evidencia, las revueltas de 2011 ocuparán un lugar entre los más épicos levantamientos de la historia de Londres.