Entre 1964 y 1970, y en plena Guerra Fría, en Chile se llevó a cabo una serie de acusaciones de espionaje contra organismos estadounidenses. A partir de estas acusaciones, mi investigación establece cuáles fueron los discursos que sobre Estados Unidos se produjeron, reforzaron o difundieron en la esfera pública chilena, y a partir de ello, establezco cómo estos discursos articularon lo local con lo global, al tiempo que se utilizaban para abordar tensiones propias del acontecer nacional.
Los casos analizados son dos. En primer lugar, el episodio del Plan Camelot, ocurrido en 1965, denunciado por el diario del Partido Comunista chileno El Siglo, donde se daba cuenta de una investigación sociológica financiada por el Ejército y el Departamento de Defensa estadounidense, con el propósito de determinar las causas y origen de los procesos subversivos y revolucionarios en las naciones del Tercer Mundo. En segundo lugar, en 1969 se produce la acusación de espionaje realizada por el diputado comunista Luis Figueroa contra el Cuerpo de Paz de Estados Unidos en Chile, acusándolo de recabar información de manera subrepticia tras la fachada colaborativa de la organización voluntaria.
La selección de ambos casos responde a que estos son los únicos que terminaron en investigaciones por parte de la Cámara de Diputados de Chile, extendiéndose a la prensa y abordados en el debate político y público. Es necesario considerar que las publicaciones en diarios y revistas del país, liberados en gran medida de pactos y límites existentes en los discursos políticos realizados en la Cámara de Diputados, se presentaron ante nosotros no sólo pertenecientes, alineados o coincidentes con los principales lineamientos políticos presentes en el país, sino también como entes con conciencia e intencionalidad.
El análisis de ambos episodios –tanto en su observación individual, comparativa o conjunta– nos puso frente a prácticas político-culturales presentes en el debate público chileno de la época. Las imágenes y discursos generados a raíz de los episodios investigados nos permitieron observar y calibrar el modo en que el desarrollo histórico, político y cultural del país se enraizaban con los principales debates ideológicos existentes en la década de 1960, marcada por la Guerra Fría. En este sentido, la investigación planteó que estos episodios habrían sido abordados por el debate público chileno con un valor de doble direccionalidad; insertando la experiencia local dentro de un conflicto político-ideológico internacional, al tiempo de utilizar conceptualizaciones y representaciones de dicho proceso como forma de abordar y explotar tensiones propias del acontecer político nacional.
Difícilmente podría decir que la elección de este tema obedeciese a un interés previo en el género del espionaje; mucho menos debido a una certeza sobre la trascendencia histórica de estos episodios. Contrario a ello, la primera aproximación a las fuentes relativas al caso Camelot me llenó de dudas respecto a la posibilidad de levantar toda una investigación en torno a hechos que, a todas luces, habían gozado de una breve existencia en la palestra pública local, siendo prontamente olvidados por el debate público chileno. Clave en la superación de estas reticencias fue el análisis de los discursos realizados por representantes del amplio espectro político chileno en el contexto de las investigaciones realizadas por la Cámara de Diputados de Chile sobre el plan Camelot y el Cuerpo de Paz de Estados Unidos, respectivamente. El análisis de éstos –en conjunto con la producción de imágenes, discursos y representaciones presentes en los principales medios de comunicación del país– llevaron a la convicción de que las referencias a Camelot o a los jóvenes voluntarios estadounidenses tendieron exceder a estos episodios puntuales, convirtiéndose en punto de entrada para reflexiones y alocuciones respecto al panorama internacional, dando cuenta de conceptualizaciones espaciales vinculadas a las percepciones ideológicas del conflicto global de Guerra Fría.
Así, el análisis de las reacciones generadas tras las acusaciones de espionaje contra el plan Camelot y el Cuerpo de Paz nos permitieron identificar en la derecha política chilena una percepción de Guerra Fría como conflicto bipolar entre Estados Unidos y la Unión Soviética, al cual las facciones chilenas acudían de modo secundario, subsidiario y asistencial, mientras que en la izquierda política chilena –con toda la amplitud y divergencias que la atraviesan durante la década de 1960 y hasta 1973– detectamos una concepción relativamente homogénea de la Guerra Fría como confrontación ideológica con una dimensión regional, traduciéndose en las diversas formas de presencia de Estados Unidos en América Latina y las consiguientes formas de resistencia y divergencia existentes en la región latinoamericana, estando estrechamente vinculada esta percepción a los hechos ocurridos en Vietnam, Brasil y Santo Domingo, llevando a una conceptualización y caracterización de la Guerra Fría global por parte de los actores locales, al tiempo en que este pensar el Tercer Mundo y América Latina es uno de los elementos que contribuye a la globalización efectiva de este conflicto internacional.
La investigación realizada no se agotó en una descripción de las reacciones y percepciones existentes en el debate público chileno frente a las referidas acusaciones de espionaje contra Estados Unidos, sino también pretendió acoger el llamado realizado por historiadores como Eduardo Rey Tristán a subvertir la situación periférica de América Latina en el contexto de Guerra Fría, brindando a la región una nueva centralidad en este tipo de estudios. “Espía se ofrece” responde a este emplazamiento planteando que para cada política de diplomacia cultural –emanada desde potencias internacionales o instituciones locales– hay actores que reciben, reformulan y reaccionan de múltiples modos ante dichas prácticas, y por tanto, es necesario comprender e incluir estas respuestas locales dentro de la experiencia de Guerra Fría cultural.
Sumado a lo anterior, esta investigación representó una valiosa oportunidad en respuesta a algunas preocupaciones personales respecto al ejercicio de nuestra disciplina. A través de un tema que suele gozar de popularidad y amplia receptividad intenté ofrecer al lector situado fuera de los círculos académicos una ventana de aproximación hacia la experiencia latinoamericana de Guerra Fría –con sus complejidades y multiplicidad–, sin que ello significase límites ni reduccionismos en términos analíticos. Si este es o no un objetivo cumplido, no es lugar de la autora decirlo.
Respecto a las aprehensiones que me envolvían cuando decidí emprender esta investigación, hay algunas que se demostraron ciertas: los casos del Plan Camelot y el Cuerpo de Paz en Chile no dejaron de haber sido episodios breves y de rápido olvido para la sociedad chilena. Sin embargo, aún acotados, aún fugaces, han de contribuir a la construcción de un puente no descriptivo ni contextualizante, sino relacional; invitando a la vinculación y enraizamiento de la historia política y cultural chilena con debates internacionales de gran amplitud espacial y temporal, sin que ello signifique sacrificar ni subsumir una en la otra.
Javiera Soto es licenciada en Historia (2010) y magíster en Historia (2014) por la Pontificia Universidad Católica de Chile, con la tesis “Espía se ofrece”, a ser publicada por Acto Editores. Ha escrito: “Hay que dar golpe mortal al ‘Camelot’: Acusaciones de espionaje a Estados Unidos en Chile, 1965”, en Avital Bloch y María del Rosario Rodríguez, coords. La Guerra Fría y las Américas (Ciudad de México)”. <jrsoto.uc@gmail.com>
* Las imágenes utilizadas en este post provienen del archivo personal de la autora y fueron cedidas para la presente publicación.