La Ley Arizona y la inmigración en Estados Unidos

La reciente promulgación de la ley SB1070 (Ley Arizona) ha generado una ola de protestas que incluyen ciudadanos de pie, artistas y gobiernos. Algunos medios ya la consideran como la ley “más dura” emitida hasta la fecha al interior de los Estados Unidos. Y para que el mismo Presidente Obama manifieste su desacuerdo con esta ley es que algo debe tener.
 
De manera general, lo que plantea la ley es que a partir de ahora los oficiales de policía tienen libertad para pedir documentos de aquellos a quienes ellos consideren sospechosos de ser residentes ilegales. Hasta antes de la ley, la policía solo podía pedir papeles o preguntar sobre el estado migratorio de una persona si esta cometía un delito. Además, la nueva ley castiga a quienes transporten imigrantes ilegales y a quienes les den empleo. No solo eso, si un funcionario o agente obstaculiza la detección de posibles sospechosos de inmigración ilegal, será sancionado.
 
Como es de suponer, esto abre una puerta para detener a personas basadas en un determinado perfil étnico (Por si quedaran dudas, la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, ha dicho que ella no sabe cómo se ve un inmigrante ilegal). En México, la ley ha sido considerada abiertamente “racista”.

 
¿Por qué Arizona?

Ocurre que hace algunos años se desarrolló la Operación Guardia, que buscaba reforzar el control inmigratorio en la frontera sur de EEUU por medio de alambradas, estrecha vigilancia y captura de quienes pretendiesen cruzarla de modo ilegal. Esto llevó a que la ola de inmigrantes buscara otras áreas donde el control fuese menos estricto.
 
Y Arizona era una de ellas. En poco tiempo, los habitantes de este estado comenzaron a ver incrementar el número de inmigrantes que no necesariamente se trasladaban a otros estados sino que se quedaban ahí. La Ley que lleva el nombre del estado responde a esta preocupación/temor que confunde regulación con discriminación. Otro argumento esgrimido por la población local y sus autoridades es que de esta manera se evita que el narcotráfico mexicano eche sus redes al otro lado de la frontera.
 
No es la primera vez que una situación así se produce. En 1924, con la promulgación de la Chinese Exclusion Act, los miles de inmigrantes chinos que deseaban llegar a EEUU vieron reforzar el control inmigratorio, por lo que tuvieron que crear nuevas estrategias para sortear este obstáculo.
 
Como lo explica Erika Lee en su magnífico libro At America’s Gates: Chinese Immigration during the Exclusion Era, 1882-1943 (2007), los inmigrantes procedieron a entrar a EEUU por las fronteras de México y Canadá, países que tenían una legislación inmigratoria más laxa. No pasó mucho hasta que EEUU procediera a establecer contactos con ambos países para homogeneizar las políticas anti-inmigratorias de Norteamérica y cortarle el paso a los chinos y otros grupos que comenzaban a usar esa estrategia.
 
Por lo pronto, las organizaciones de latinos en EEUU han comenzado a poner el tema en la agenda antes que otro(s) estado(s) siga el ejemplo de Arizona. Con una población latina inmigrante de diez millones de personas, California alberga la cuarta parte de estos. Y algunos inmigrantes han comenzado a percibir un cambio de actitud sobre sus trabajos, pues los empleadores no quieren verse en problemas y han dejado de contratarlos
 
Va a ser una lucha larga y desgastante, en la cual diversos actores políticos van a manifestar apoyo, rechazo o cambiar sus intenciones según como se negocie un componente importante de esta negociación: el voto latino.
 
Para sopesar el valor de los inmigrantes en EEUU, traduzo el artículo “The hub nation” que apareció en The Economist días atrás.
 
 
The hub nation
 
La inmigración coloca a Estados Unidos en el centro de las redes globales. ¿Por qué entonces no hacerla más fácil?
 
Los inmigrantes benefician a Estados Unidos porque ellos estudian y trabajan duro. Este es uno de los argumentos más recurrentes en favor de la inmigración, y es correcto. Dejar tu hogar es un tema serio. Por definición, se trata de personas que están constantamente levantándose, lo cual los convierte en una rara especie de emprendedores. Pero hay otra razón, menos obvia, que hace de la inmigración un proceso benéfico. Ya que los inmigrantes mantienen vínculos con sus lugares de origen, los inmigrantes ayudan a Estados Unidos a insertarse en una vasta red de redes globales. Estados Unidos está vinculado al mundo de un modo distinto. No tiene mucho de diáspora, dado que los nativos norteamericanos rara vez emigraban de modo permanente. Pero Estados Unidos es, de lejos, el más grande depósito de inmigrantes, incluyendo la proveniencia de casi todos los rincones del mundo. Muchos se asimilan rápidamente, pero pocos cortan sus lazos con sus países de origen.
 
Muchas personas han observador cómo las redes transatlánticas de chinos e indios beneficiaron a sus respectivos países de origen. Las diásporas aceleran el flujo de información: un comerciante chino en Indonesia que descubre una oportunidad comercial rápidamente alertará a su primo que dirige una fábrica en Guandong. Los lazos de parentesco, clánicos o de dialecto garantizan un alto nivel de confianza. Esto permite que las decisiones puedan ser tomadas con prontitud: tratos multimillonarios pueden ser sellados con una simple llamada telefónica.
 
Consideren a Mr Ruzo, un emprendedor que se describe a sí mismo como “Peruano de nacimiento, texano por elección”. Él se mudó a Estados Unidos a los 19 años. Luego de estudiar Ingeniería, fundó una empresa de telecomunicaciones cerca a Dallas. Prosperó, y en poco tiempo expandió sus actividades a América Latina. Pero necesitaba un socio. Conoció a uno mediante un sacerdote, quien le presentó a otra devoto emprendedor, Vladimir Vargas Esquivel, quien tenía su centro de operaciones en Costa Rica y buscaba expandirse al norte. Parecía un perfecto ensamblaje. La firma ahora opera en diez países y genera decenas de millones de dólares en ventas anuales. Mr Ruzo quiere que la firma, que tiene por nombre ITS Infocom, sea global. Y pese a que él y Mr Vargas Esquivel conversan en español, ellos insisten que el idioma oficial de la firma debe ser en inglés.
 
La confianza importa. La tecnología modern permite comunicación barata e instantánea. Aun cuando uno puede hacer una llamada a larga distancia, no todos saben a quién llamar, o en quién confiar. Las redes étnicas pueden solucionar este problema. Por ejemplo, Sanjaya Kumar, un doctor indio, llegó a Estados Unidos en 1992. Él desarrolló un interesante software que ayuda a prevenir errores médicos. Aproximadamente 100 mil norteamericanos mueren cada año por errores médicos que pueden prevenirse, de acuerdo con el Instituto de Medicina. El Dr. Kumar necesitaba dinero y consejo financiero para publicitar y comercializar sus ideas, así que se dirigió a las redes de emprendedores indios llamada Lazo (Tie). Él conoció y fue respaldado por un indio-norteamericano capitalista, llamado Vish Mishra. Su firma, Quantros, ahora vende el servicio a 2.300 hospitales norteamericanos. Y ha comenzado a expandir el negocio a la India, mediante un vínculos con una firma de software que es dirigida por un antiguo compañero de colegio de los ejecutivos que trabajan con el Dr Kumar.
 
Las redes étnicas tienen, no obstante, desventajas. Si estas son utilizadas para excluir a quienes no pertenecen a estas redes, entonces pueden convertirse en atrofiantes. Pero aun así, las redes sirven para acelerar el flujo de información. Compradores nicaraguo-norteamericanos hacen contactos en Miami con vendedores en Nicaragua. Empleados indio-norteamericanos ayudan a firmas de asesoría norteamericanas a buscar talento en Bangalore. Los beneficios son difíciles de estimar, pero william Kerr, de la Harvard Business Schooo, ha encontrado evidencia sugerente. Él ha mirado los nombres de los registros de patentes, concluyendo que el inventor de apellido Wang quizás tenga un origen chino, mientras que el apellidado Martínez sea probablemente Hispano. Él encontró que investigadores extranjeros citan investigadores ubicados en EEUU con una frecuencia de 30-50% más de lo que uno esperaría si los vínculos étnicos no hicieran la diferencia.  No es solo que un científico chino dedicado a la investigación militar en Beijing lea ensayos escritos por otros científicos chinos dedicados al campo militar en EEUU. Un científico dedicado al área militar en EEUU puede avisar a su antiguo compañero en Beijing sobre investigación reciente hecha en el laboratorio que se encuentra cruzando la calle. 
 

Efectos de las redes
 
(…) La inmigración provee a EEUU de una legión de embajadores informales, mediadores, reclutadores y repetidores. Los inmigrantes no solo pueden traer las mejores ideas de otras partes del mundo a las costas norteamericanas, ellos también llevan las ideas de EEUU de vuelta a sus hogares, incrementando el soft power del país de adopción.
 
Todo lo cual lleva a la urgente tarea de arreglar las reglas de inmigración en Estados Unidos. sin embargo, Barack Obama ha hecho poco al respecto por cumplir su promesa electoral sobre este tema. Con una tasa de desempleo cercana al 10%, pocos políticos tienen la valentía de animar a extranjeros para que compitan por American jobs.
 
 
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Published by José Ragas

Soy Ph.D. en Historia por la Universidad de California, Davis. Actualmente me desempeño como Profesor Asistente en el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile. Anteriormente he sido Mellon Postdoctoral Fellow en el Departament of Science & Technology Studies en Cornell University y Lecturer en el Program in the History of Science and History of Medicine en Yale University. Correo de contacto: jose.ragas(at)uc.cl Para conocer más sobre mis investigaciones, pueden visitar mi perfil o visitar mi website personal: joseragas.com.

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