Que el arte puede brotar de las situaciones y los lugares menos imaginados, es algo de lo que Jan Komski puede dar fe. Sobreviviente del Holocausto, Komski estuvo confinado por años en Auschwitz hasta su liberación al final de la guerra.
Nacido en Polonia, fue detenido por portar documentos falsos en su intento por escapar a Francia y formar parte de la resistencia y enviado de inmediato a Auschwitz en junio de 1940, lo que le confiere el amargo honor de ser parte del grupo de los primeros 756 internos en ese campo. En 1942 logró escapar de Auschwitz y dejó testimonio de ese acontecimiento en una acuarela titulada «The Big Scape». Sin embargo, fue capturado nuevamente y en los siguientes años tuvo un agónico peregrinaje por diversos campos de concentración: Auschwitz nuevamente, Buchenwald, Gross-Rosen y Dachau. Con el avance de las tropas aliadas hacia Berlín, obtuvo la libertad en abril de 1945 pero solo cuatro años después pudo emigrar a EEUU.
Antes de la guerra, Komski había tomado lecciones de arte en la Academia de Bellas Artes de Cracovia, donde estudió pintura, anatomía e historia del arte. Ya como prisionero, su actividad como dibujante no cesó, pues vio en su talento una posibilidad para sobrevivir haciendo retratos de los guardias de las SS. Ya liberado, encontró en la pintura una forma de calmar la ansiedad y las pesadillas que lo atacaban continuamente. «Estaba determinado a recordar a aquellos que perecieron en el campo, incluso si esto significaba volver a esos sitios de gran sufrimiento y aniquilación. No puedo olvidar mi deuda como testigo».
Su obra fue parte de la Exposición en el Holocaust Museum de Houston en enero-marzo de 1998. Los dejamos con tres de los dibujos de Komski. Para apreciar su obra, haz clik aquí.