Más que los libros, artículos y revistas académicas, las tesis defendidas en las especialidades académicas permiten conocer mejor el pulso de la producción académica de una determinada disciplina. Como ya lo señalamos anteriormente, se trata de un producto particular, el primero en la vida académica de los estudiantes, que se halla sometido a un seguimiento y arbitraje de un comité y que responde a determinadas pautas de cada institución y un contexto académico regulado por colegas, editoriales y financiamiento que privilegia (o no) determinado enfoque y tema.
La historiografía ha utilizado las tesis para analizar tendencias y señalar el predominio de ciertas corrientes así como el vacío de otras. Sin embargo, el provecho que se puede sacar de las tesis es mucho mayor y requiere un análisis más cuidadoso que el de los otros materiales descritos arriba. Hace falta un seguimiento de las tesis para saber qué ocurrió con ellas, si siguen depositadas en alguna biblioteca, si fueron publicadas o no como libros o artículos, si influyeron en otros miembros de la comunidad académica o si permitieron a su autor/a obtener alguna posición laboral que facilitó su carrera profesional.
Se trata de un campo novedoso, que cuenta con algunos pioneros (el artículo de Carlos Contreras sobre las tesis de la Especialidad de Historia de la PUCP), y que escapen del simple recuento y listado para convertirse en herramientas análiticas de un campo profesional como el de los historiadores, con sus similitudes y peculiaridades con otras ciencias sociales del país y del resto del mundo.
Como una forma de conocer mejor esta producción, Poll Gallegos, Merlin Chambi y Alejandro Flores, tres entusiastas y muy activos colegas, han preparado el catálogo de Tesis de Historia defendidas entre 1986 y 2010 en la Universidad Nacional Federico Villarreal (Lima), institución en la que estudian. De modo que este catálogo se suma a los que han venido circulando de la UNSAAC, , la UNSA y la UNSCH.