El 11 de setiembre de 1973 un golpe de derecha puso fin al gobierno democráticamente electo del Presidente socialista Salvador Allende y estableció una dictadura de dieciocho años. El nuevo régimen exilió, encarceló, torturó y asesinó a los seguidores de Allende. Además de perseguir a los políticos y líderes sindicales de izquierda, el nuevo gobierno apuntó su mirada hacia el movimiento de la nueva canción. Llegó a prohibir su estilo de música tradicional folklórica, envió al exilio a muchos músicos de la nueva canción y ejecutó brutalmente a Víctor Jara, la figura más importante de este movimiento.
De manera simultánea, quienes defendían el golpe celebraban el golpe contra Allende llevando la música típica, un tipo distinto de música proveniente del folklore, hacia las calles. La intensidad con la que los chilenos de izquierda y de derecha hicieron suyo y atacaron los diversos estilos de música folklórica fue el resultado de un proceso histórico por el cual nociones en conflicto de la identidad chilena se entremezclaron con las divisiones políticas de la Guerra Fría.
Hasta hoy en día, los académicos han puesto poca atención al rol que la música ha desempeñado en
los mítines políticos y las protestas, el activismo político de los músicos de izquierda y de derecha y la aparición de presentaciones musicales como espacios de confrontación verbal y física entre los seguidores de Allende y la oposición. Este libro ilumina una faceta largamente oscura de la Guerra Fría en América Latina al examinar los vínculos entre música, política y el desarrollo de la extrema violencia política. El libro traza el desarrollo de la música folklórica frente al telón de fondo de la historia social y política de chile, explicando de qué manera la música jugó un rol fundamental en un conflicto nacional que creó profundas divisiones culturales.
A través de una combinación de análisis textual y musical, investigación de archivo e historias orales, Mularski demuestra que los derechistas chilenos abrazaron la identidad nacional basada en el valle central de Chile y sus tradiciones propias del huaso, por la cual grupos de personas vestidos de manera impecable, cantando huasos y expresando y propagando su mensaje a través de la “música típica”. De otro lado, los izquierdistas se adhirieron a una identidad que provenía de las zonas periféricas y de otros países latinoamericanos, la cual era expresada y propagada a través de la “nueva canción”. Los conflictos en torno a estas nociones de “Chilenidad” reflejaron y contribuyeron a la polarización política de la sociedad chilena, desplegando violentos choques en presentaciones musicales y eventos políticos durante fines de los años 1960 e inicios de los años 1970.
Recientes estudios de historia diplomática y militar han demostrado que la Guerra Fría en América Latina fue una confrontación de múltiples frentes entre varios modelos regionales de comunismo y capitalismo. Este libro contribuye a una nueva reconceptualización de la Guerra Fría en América Latina al extender la problemática a la cultura musical. El libro examina la forma en que la derecha chilena trató de socavar la “nueva canción” y desmiente las versiones que señalan que la derecha no tuvo una “cultura” propia al revelar que los derechistas trabajaron de manera apasionada para proteger y desarrollar su propia música folklórica. El libro también analiza cómo el gobierno de Allende y los músicos de la “nueva canción” trabajaron de manera oficial y no oficial para expandir su influencia musical y brindar “asistencia cultural” a otros países de América Latina. Al examinar el desarrollo de tales esfuerzos por parte de la derecha y la izquierda, Mularski revela a través de la música cómo las perspectivas nacionales y transnacionales moldearon las relaciones sociales y los conflictos políticos entre izquierdistas y derechistas en Chile.
El libro contribuye a una concepción más matizada de la música, la política y el nacionalismo cultural. Mucha de la investigación existente sobre los componentes culturales de los movimientos anti-imperialistas vincula nacionalismo político y políticas económicas con expresiones de nacionalismo cultural, como el “renacimiento folklórico”, afirmando por lo general que estos “renacimientos” expresan perspectivas nacionalistas y anti-imperialistas que celebran tradiciones de origen local más que influencias culturales extranjeras. Mularski demuestra cómo las complejas dinámicas locales complejizan la asociación de nacionalismo cultural con anti-imperialismo: los chilenos de derecha incorporaron la “música típica” mientras combatían los esfuerzos políticos y económicos de los anti-imperialistas, y los chilenos de izquierda condenaban el imperialismo mientras expresaban una identidad cultural enraizada en la “nueva canción”, la cual era al mismo tiempo nacional y transnacional. Al hacerlo, Mularski ofrece un poderoso ejemplo y una comprensión desde diversas facetas del rol fundamental que suele desempeñar la música al moldear los contornos de las luchas políticas y sociales en el mundo.
Este texto apareció en la web de Cambria Press.
Jedrek Mularski <jmularski@saddleback.edu> es profesor de Historia en Saddleback College. Obtuvo su doctorado en Historia por la Universidad de California en San Diego con la tesis que sirvió de base al libro que comentamos. El libro puede ser leído de manera parcial en este enlace. Puede ser adquirido en físico como en ebook en este enlace.
Ha publicado en Studies in Latin American Popular Culture, Canadian Journal of Latin American and Caribbean Studies, ReVista: Harvard Review of Latin America, A Contracorriente, y Music & Politics.
De Mularski puede leerse su más reciente artículo, Singing Huasos: Politics, Chilenidad, and Music from 1910-1950, publicado en A Contracorriente. Revista de literatura e historia social, vol. 12, n. 2 (2015).