Machu Picchu, 100 años

Machu Picchu, 100 años

Las celebraciones por el Centenario del Descubrimiento de Machu Picchu tienen a la ciudad, sus habitantes y los turistas en un estado cercano a la euforia. Luego de una intensa campaña electoral, que acaba de terminar precisamente hace un mes, los cusqueños y quienes se encuentran de paso se preparan para lo que se vive una sola vez en la vida. La ciudad sabe que este es su año, y que los ojos del mundo están posados sobre ella. Según algunos reportajes de la televisión local, las reservaciones de los hoteles están llenas y es difícil conseguir alojamiento. Hace pocos días, el actor Jim Carrey atrajo la atención al visitar Machu Picchu. Al igual que él, otras celebridades habían tomado la ruta hacia el sitio, como Richard Gere, Susan Sarandon, Shirley McLein, Cameron Diaz, entre otras. El cine también hizo lo suyo para promocionar Machu Picchu, aunque con resultados desiguales, que incluyeron películas de factura nacional (casi todas olvidables) que buscaban explotar el lado ‘místico’ de la ciudadela y su relación con los visitantes del espacio exterior junto con otras como: ‘Aguirre, la ira de Dios’, ‘La ciudad perdida de los Incas’ o ‘Diarios de Motocicleta’, esta última basada en el viaje del joven Ernesto Che Guevara.

La imagen de Machu Picchu que ha circulado de estas y muchas otras formas han garantizado un flujo permanente de turistas a la ciudadela inca, al punto que muchos de ellos han decidido quedarse, realizando mil y un oficios, con tal de ganarse el sustento que les permita quedarse en Cusco, como esa chica europea que vendía sándwiches en el Corpus Christi con su mochila a la espalda o los dos músicos del norte de Argentina que amenizaron el restaurant donde me encontraba almorzando días atrás. Lejos de ver el lado pintoresco, las autoridades locales han tomado esto como un signo de alarma y han comenzado a solicitar visas, algo impensable hasta hace un par de años. Incluso personas de la capital han decidido instalarse en la ciudad, algunos de ellos abrumados por el ritmo de vida que les impone Lima, otros atraídos por las posibilidades de negocios.


Plaza de Distrito de Machu Picchu (antes Aguas Calientes)

La imagen del Inca es más ubicua que la del mismo Presidente de la República. Se le encuentra por doquier: en plazas, calles, artesanía, incluso como estatuas vivientes, que por una propina posan con los curiosos en medio de la calle. Los incas han adoptado formas también que escapan a la estética andina, y los convierten más bien en personajes que rememoran la estética indigenista del siglo pasado o héroes salidos de comics o de un universo new age. Lo cierto es que la región ha sabido mantener el monopolio del recuerdo de los incas y sacarle provecho propio más allá de Machu Picchu. Mientras que los limeños apenas pueden mantener una identidad que los una, los cusqueños se sienten orgullosos de su legado y de lo que este significa para la historia del país.

Machu Picchu representa también esta reivindicación y tensión. Según me informaba uno de los guías, del total de lo recaudado en Cusco, el 90% va hacia Lima, por lo que solo el 2% se revierte a Machu Picchu, la gallina de los huevos de oro a nivel de visitas turísticas del país. Otras regiones del país han buscado la forma de aprovechar este enorme flujo de visitantes y redireccionar este flujo hacia sus propias localidades. En años recientes hemos sido testigos de una floreciente actividad de búsqueda de identidades locales y regionales a nivel de danzas, vestimentas, festividades, sitios arqueológicos, etc. Como contraparte, este mismo año el Gobierno lanzó una agresiva campaña publicitaria hacia el exterior (“Perú Nebraska”), que buscaba posicionar la Marca Perú en función de la música, la gastronomía y el deporte.

Pero es muy difícil que alguien le dispute la corona a Machu Picchu, que se ha convertido en un enclave turístico en los Andes de América del Sur. Es cierto que la imagen que uno tiene en la retina sobre Machu Picchu es la de las postales. Pero, créanme, Machu Picchu es mucho más que eso, al punto que es necesario partir muy temprano desde una localidad cercana (ahora Distrito de Machu Picchu, antes Aguas Calientes) para llegar al santuario y hacer pacientemente la cola que permitirá la entrada al sitio. La enorme afluencia de gente no es detenida por la garúa que anticipa la lluvia que durará por un par de horas mientras realizamos la caminata de rigor. Todo lo contrario: los buses que descargan pasajeros cada cinco minutos confirman de que el clima no es pretexto para dejar de visitar el lugar.

Al lado de la celebración, se impone la cautela. La prensa extranjera había manifestado su preocupación por el posible deterioro que significaría una masiva presencia de turistas por los festejos de estas semanas. The New York Times estima en un millón el número de visitantes este año, lo que significa un incremento de un 33% respecto a un año promedio. Si reducimos la cifra al día a día, son tres mil los visitantes al sitio. La presencia de los turistas ha contribuido al dinamismo de la región, donde al lado de la venta de artesanías, la ciudad se esfuerza por cubrir los servicios que este contingente de curiosos necesita, desde transporte hasta guías a los sitios arqueológicos. Otros reportes también han advertido sobre cómo las protestas pueden afectar el flujo de turistas, como ha ocurrido hace pocos días en Puno, donde la oferta hotelera se ha visto mermada, en uno de los lugares que busca convertirse en un atractivo turístico. Las cifras brindadas por el semanario económico Día_1 (n. 363, Lima, 4 de julio de 2011) son significativas: hacia la primera semana de julio solo el 50% de la actividad turística en Puno se había restablecido, y los hoteles de la localidad solo estaban ocupados al 30% cuando lo normal es el 75%. Tan solo en Cusco en 2009 las lluvias y los paros habían provocado la pérdida de $236 millones, aunque el sector se recuperó rápidamente al 100% de su capacidad.


Hiram Bingham

Asimismo, no todos ven a esta fecha de celebración como algo positivo. Durante los días del Centenario hubo quienes decidieron manifestar su desacuerdo con diversos temas que envuelven las celebraciones y colocaron carteles alusivos a la política cultural del presente Gobierno así como a la percepción del Centenario del “Descubrimiento” de Machu Picchu. Sobre esto último, pareciera existir un esfuerzo del gobierno regional por ensalzar a Agustín Lizárraga, de quien se dice habría descubierto la ciudadela nueve años antes que Hiram Bingham. El mismo Bingham no es un personaje que goce de la simpatía de todos los lugareños, a juzgar por la efigie que de él pusieron en una calle cerca a la plaza, llevándose Machu Picchu a la espalda y con un letrero que lo condenaba: ‘Lo que el gringo se llevó’ (ver imagen a la derecha). Otro aspecto de la protesta está referido a aspectos vinculados con el monopolio del sistema ferroviario que permite llegar a Machu Picchu y que supuestamente el acceso y la visita a la ciudadela privilegia a los turistas antes que a los mismos peruanos.

Si es verdad lo que los investigadores del mundo andino señalan sobre los Incas, nos encontramos entonces ante una civilización que supo sacar provecho de la adversidad y que supo construir un imperio ecológico, por decirlo de alguna manera. La capacidad que tuvieron para no sucumbir a la geografía y más bien sobreponerse a ella y aprovecharla por medio de la producción de bienes de acuerdo a la altitud es sencillamente digna de admiración, sin que esto desmerezca sus logros en otras áreas del saber humano, y que los especialistas apenas están comenzando a desentrañar. Por supuesto, tampoco conviene idealizarlos –un sentimiento que comparten los académicos como los guías de turistas por igual–, pues los incas sucumbieron como muchos otros imperios, quizás por haber sobrepasado el equilibrio entre recursos y población. Pero el que su legado se mantenga aún presente, no solo en las magníficas construcciones que ahora admiramos, sino en la cultura misma y en las personas, hace que el Centenario de Machu Picchu sea solo un paréntesis en una historia de miles de años, que se encuentra viva. Y eso es lo que estamos celebrando estos días.

A continuación van algunas imágenes que tomé durante estas semanas antes y durante las celebraciones por el Centenario. Y luego, enlaces diversos sobre Machu Picchu.


También te puede interesar…

Jonathan Yardley, ‘Turn Right at Machu Picchu,’ by Mark Adams, is a travel book about the Peruvian historic site.

The New York Times, ‘The Hidden Route to Machu Picchu‘.

[youtube]K-FDx21XIJ8[/youtube]
Machu Picchu – National Geographic Ancient Megastructures

[youtube]Eecj8L8uENU[/youtube]Part 1/3 Oldest Cusco 1936 and Machu picchu Video – Video mas antiguo de Cusco Machupicchu

Published by José Ragas

Soy Ph.D. en Historia por la Universidad de California, Davis. Actualmente me desempeño como Profesor Asistente en el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile. Anteriormente he sido Mellon Postdoctoral Fellow en el Departament of Science & Technology Studies en Cornell University y Lecturer en el Program in the History of Science and History of Medicine en Yale University. Correo de contacto: jose.ragas(at)uc.cl Para conocer más sobre mis investigaciones, pueden visitar mi perfil o visitar mi website personal: joseragas.com.