Un equipo internacional de 25 personas ha determinado que el buque surcoreano Cheonan, que se creía perdido desde Marzo, fue hundido por un torpedo de un submarino de Corea del Norte. La respuesta no se ha hecho esperar: el Gobierno de Seúl ha acusado directamente a Pyong Yang por este acto, y ha recibido el apoyo de EEUU y Japón.
El hundimiento del Cheonan, sin embargo, se inserta en una larga historia de incidentes que han hecho imposible una convivencia pacífica entre ambos países desde los años iniciales de la Guerra Fría. En buena cuenta, ambos países son una consecuencia directa del choque entre el capitalismo y el comunismo, en un enfrentamiento que prosiguió aun cuando EEUU dejó de intervenir directamente en el lado sur y la URSS dejó de existir y apoyar a su contraparte del norte.
Aun así, el régimen de Pyong Yang derivó en una dictadura gobernada por Kim II Sung (1954-1994) y continuada por su hijo Kim Jong II (1995- ). En los últimos años, Corea del Norte ha sido motivo de preocupación por la cercanía al grupo de regímenes de corte autoritario que han comenzado a desarrollar la tecnología para tener una bomba atómica, como Irán, entre otros.
Esto ha llevado a comisiones internacionales a buscar la forma de frenar o vigilar el desarrollo atómico de este país, sin muchos resultados, sobre todo después de 1994, en que se produjo un incidente grave con EEUU al respecto, y que fue calificada como una “crisis nuclear”. La preocupación creció cuando Corea del Norte hizo estallar su primera bomba atómica en 2006, lo cual ha provocado tensión en el área asiática (un informe interactivo sobre las instalaciones nucleares de Corea del Norte, aquí).
Para insertar el hundimiento del Cheonan en un contexto más amplio, incluyo un artículo aparecido en The Guardian hace unos días, donde se ofrece un recuento de la tensión entre ambos países desde 1950.
Mark Tran. Corea del Norte y Corea del Sur: una historia de violencia
Ambos países declararon un armisticio en 1953 pero no firmaron ningún tratado, por lo que los asesinatos, escaramuzas y diplomacia ruda siguen en marcha.
Técnicamente, Corea del Norte y Corea del Sur se encuentran aún en un estado de guerra debido a que nunca firmaron un tratado de paz luego del armisticio que terminó con el conflicto de 1950-1953
Desde que la guerra en la que cientos de miles de personas murieron -su número exacto aún es incierto- las relaciones entre ambos países han estado marcadas por violentos episodios. El último de ellos, el supuesto hundimiento de un barco de guerra surcoreano por un submarino de Corea del Norte, no es el más llamativo acto de agresión organizado desde Pyong Yang.
En enero de 1968, un equipo de comandos de Corea del Norte atravesó la zona desmilitarizada, una de las áreas más protegidas del mundo, en un intento por asesinar al presidente de Corea del sur, Park Chung-hee (en foto de la izquierda, con el presidente Kennedy). Los 31 comandos, vestidos como soldados surcoreanos, fueron detenidos a 800 metros de la Casa Azul, la residencia presidencial, por un contingente policial. Los norcoreanos se descubrieron a sí mismos al responder de manera nerviosa y el tiroteo comenzó. Solo dos de los 31 comandos escaparon, el resto fueron capturados y asesinados. En respuesta, Seúl organizó su propio escuadrón de asesinos, la Unidad 684, que fue desactivado en 1971.
Días después de este intento de asesinato, Corea del Norte capturó el buque norteamericano USS Pueblo en aguas internacionales, lo que llevó a un incidente diplomáticos entre EEUU y Corea del Norte. Un pescador norteamericano fue asesinado y otros 82 fueron liberados, pero solo después de once meses y una disculpa escrita por parte de Estados Unidos, en la que admitía que el Pueblo había estado espiando y que garantizaba que no espiaría en el futuro.
La disculpa escrita, sin embargo, fue precedida por una declaración verbal en la que aquella sería escrita solo para garantizar la libertad de la tripulación. El USS Pueblo aun sigue en posesión de Corea del Norte, anclado en Pyong Yang, en un museo naval.
En otro incidente, esta vez en 1968, 130 comandos provenientes del Norte desembarcaron en la costa noreste de Corea del Sur, supuestamente para unirse a una guerrilla que atacaría a Seúl. Se estima que entre 100 y 113 comandos fueron asesinados, siete fueron capturados y trece escaparon.
Un segundo intento para asesinar al presidente Park se llevó a cabo en 1974, mientras él daba un discurso en el teatro nacional en una ceremonia que conmemoraba el fin de la ocupación japonesa. Un agente norcoreano disparó contra el presidente, pero falló. Las balas no le impactaron, pero sí hirieron a su esposa, Yuk Young-soo, quien falleció luego. Park continuó su discurso mientras su esposa agonizaba.
El hombre fuerte de Corea sería asesinado posteriormente en 1979, pero por el jefe de su propio servicio de inteligencia y no por algún agente norcoreano.
Corea del Norte trató de decapitar al gobierno de Corea del Sur nuevamente en 1983, cuando el presidente Chun Doo-hwan se encontraba de visita oficial en Rangoon, Burma. Logró escapar, pero 21 personas murieron cuando una bomba explotó mientras la caravana presidencial se dirigía a conmemorar a Aung san, uno de los líderes en la lucha de la independencia birmana, asesinado en 1947. Él era el padre de Aung San Suu Kyi.
Entre quienes murieron en el atentado de 1983 se encontraban el ministro de relaciones exteriores, Lee Bum Suk, y otros miembros del gabinete. Chun se salvó debido a que su carro se retrasó a la ceremonia a causa del tráfico. Como consecuencia del atentado, Burma suspendió relaciones diplomáticas con Corea del Norte. China envió una protesta oficial a Pyong Yang y los oficiales chinos se negaron a reunirse o hablar con sus pares norcoreanos hasta muchos meses después.
En las décadas de 1990 y 2000, numerosos choques, de menor intensidad, se han producido en mar y tierra. En junio de 2002, un choque de buques produjo la muerte de cuatro pescadores surcoreanos y el hundimiento de una nave de Corea del Norte.