En los trágicos años en los que Alemania fue separada y dividida entre el capitalismo y el comunismo, quienes vivieron en Alemania Oriental o del Este echaron mano de cuanto recurso tuvieron para soportar la dura existencia que tenían bajo el yugo de Moscú.
El humor fue uno de estos recursos. Bromas, sátiras y chistes de diverso calibre circularon al otro lado del Muro de Berlín y fueron captados por espías de Alemania Occidental.
Por más inofensivo que pueda parecer, se trataba de un riesgo muy grandes, dado que la policía secreta alemana, la Stasi, contaba con una amplia red de informantes. Aun así, los alemanes orientales encontraron la manera de burlarse abiertamente de los líderes soviéticos a la vez que criticaban las condiciones de vida, la escasez y la ausencia de libertad bajo la que se encontraban.
Aquí una pequeña muestra del humor alemán oriental.
– ¿Es posible que los alemanes del Este desciendan del mono? Imposible, los monos nos sobrevivirían con dos plátanos al año.
– Incluso se burlaron de situaciones como el accidente de Chernobyl, que para los alemanes orientales era un programa soviético para pasar por rayos X a toda la población.
– Otra broma anunciaba que la Navidad había sido cancelada: la Virgen María no había podido encontrar pañales para Jesús, San José había sido llamado a servir al ejército y los Tres Reyes Magos no consiguieron permiso para viajar.