Una de las lamentaciones más comunes que se han escuchado en los últimos años y que posiblemente se escuchen en el futuro es: ¿Por qué Vargas Llosa no le ganó el 90 a Fujimori? De ahí que no sea raro escuchar una serie de conjeturas: que no hubiera habido autogolpe, que el Perú seguiría siendo una democracia y que jamás se habría producido la guerra sucia.
Conocemos bien por qué perdió Vargas Llosa: cansancio del electorado frente a una campaña de tres años, una alianza poco convincente con AP y el PPC (y el peso muerto que implicaban las personalidades de Bedoya Reyes y Belaunde Terry), el derroche de dinero en propaganda electoral del que hicieron gala los candidatos del Fredemo en época de hiperinflación, y un largo etcétera. No cabe duda que la del escritor era una de las candidaturas más preparadas y honestas que haya presenciado el país. Y cada vez que pienso que precisamente lo que provocó en parte su ruina fue ser demasiado honesto y decir cómo iba a gobernar y enfrentar la hiperinflación me revuelve el estómago.
En realidad, nunca sabremos qué hubiera pasado si Vargas Llosa habría derrotado al Chino en las elecciones de 1990. Pero ahora podemos aventurarnos a explorar esta posibilidad gracias al texto que nos entregan Roberto Castro Lizarbe y Serapio Cazana, y que fue publicado en el último número de Perú económico bajo el título “El pez en el tanque de agua“.
Jugando con la ucronía y el periodismo, este artículo recoge las opiniones de destacados analistas y dirigentes políticos que ofrecen puntos de vista distintos y hasta contrapuestos sobre una eventual presidencia del escritor en 1990.
Pero como la historia se puede analizar, predecir, estudiar mas no cambiar, para profundizar en el tema recomendamos el texto de Fernando Tuesta, Fredemo: ni monos ni monadas (agosto de 1989), a propósito de un conocido spot publicitario creado por los asesores del novelista.
Sugiero también la colección de fotos que presenta Peru. Generacion 21 y que provienen de la muestra sobre la vida del escritor que se expuso en la Casa O’Higgins meses atrás.