Una de las cosas que más ha llamado mi atención en la discusión sobre el Movadef es la distancia entre la abundante cantidad y calidad de las investigaciones sobre el periodo del Conflicto Armado Interno (CAI) y lo poco de esta información nueva que se maneja en el conocimiento diario o de la población en general.
Se trata de una interrogante que ya fue planteada por algunos colegas anteriormente, pero que me interesa desarrollar en este episodio en especial. Para contribuir al debate, he reunido algunos trabajos recientes que abordan el tema del CAI desde diversas perspectivas y proponen nuevas formas de investigarlo y difundirlo. No es una bibliografía exhaustiva, por lo que debe ser complementado con otros trabajos que circulan y que lamentablemente están restringidos al mundo académico. Para mayores referencias bibliográficas, consultar la recopilada en Hatun Willakuy (2004).
Tanto Jaymie Patricia Heilman (University of Alberta) como Miguel La Serna (University of North Carolina at Chapel Hill) tienen dos de los trabajos más innovadores sobre Sendero Luminoso y el Conflicto Armado Interno: Before the Shining Path. Politics in Rural Ayacucho, 1895-1980 (2010) y The Corner of the Living. Ayacucho on the Eve of the Shining Path Insurgency (2012), respectivamente. Ambos se centran en el interior de Ayacucho y proveen de una visión de largo aliento sobre este conflicto. Utilizando documentos locales –prensa, litigios comunales, documentos oficiales- así como entrevistas ambos ofrecen una visión más compleja de cómo diversas localidades enfrentaron el surgimiento de Sendero Luminoso y el conflicto que este generó en el país. Al moverse hacia el ámbito local podemos retomar un aspecto que la bibliografía sobre el CAI había dejado de lado: que este no fue solo un enfrentamiento armado entre dos facciones sino un episodio de violencia social, donde las comunidades y las personas que las conformaban adaptaron la violencia política a sus propios enfrentamientos y forma de vida.
El tema de género ha sido poco explorado en relación del CAI y los artículos escritos por Jo Marie Burt (Los usos y abusos de la memoria de María Elena Moyano, pdf) y Patricia Heilman (Family Ties: The Political Genealogy of Shining Path’s Comrade Norah) vienen a llenar este vacío y proponer nuevos derroteros. Desde dos orillas opuestas, Augusta La Torre y María Elena Moyano participaron activamente en el conflicto, ya sea para buscar expandir el alcance de Sendero desde sus inicios y desde dentro o defendiendo a familias pobres precisamente del acoso de los senderistas. Aun así, la muerte fue el denominador común en ellas, pues mientras el paradero de es aun desconocido, la Moyano sería víctima de la insanía terrorista. Si bien Heilman incide más en la pre-historia personal e ideológica de la Camarada y futura pareja del Camarada Gonzalo, no descuida examinar la compleja red de parentescos y vínculos políticos de los que se alimentó no solo Sendero sino que son comunes a los inicios de los partidos políticos, como ella señala al final de su texto de manera provocativa (los apristas quizás no se sientan cómodos con la comparación). Burt explora la construcción de la memoria en torno a María Elena Moyano, en lo que fue una trayectoria no siempre fácil y que constituyó una batalla por apropiarse de su imagen y legado desde diversas arenas políticas.
Los trabajos de Carlos Aguirre, José Luis Igue, Jorge Valdez y Jesús Cosamalón están más relacionados con la difusión y representación del discurso de la violencia política a través de diversos medios. Mientras Aguirre (¿De quién son estas memorias?, pdf) e Igue (Los silencios del gran relato, pdf) centran sus trabajos en la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y el Informe Final que esta produjo, Valdez y Cosamalón estudian la representación del discurso sobre el CAI en dos medios masivos, como lo son el cine y la escuela. El texto de Aguirre hace una etnografía del rico y vasto material recopilado por la CVR (testimonios, audios, videos, CDs y fotografías) y ahora en custodia del ‘Centro de Información para la Memoria Colectiva y los Derechos Humanos’ custodia y la circulación de los mismos. Igue, por su parte, confronta la información del Informe Final con documentación complementaria para cuestionar las imágenes que tenemos sobre los actores de la guerra, abogando por una historización en la narrativa del conflicto que se oponga a la generalización de los mega-relatos.
La investigación de Valdez (Cine peruano y violencia política, scribd) pasa de los archivos y las oficinas de los comisionados de la CVR a las pantallas de cine, incorporando el tema del cine a la investigación histórica en torno a las películas que han buscado representar el CAI en los últimos años. El cine es un medio masivo que construye narrativas sobre determinados episodios históricos y el CAI no es una excepción, por lo que las películas se han convertido en una arena donde se busca ofrecer interpretaciones particulares desde diversos puntos de vista en torno a lo ocurrido entre 1980 y 2000. Al igual que el cine, la escuela es otro espacio de información masiva, donde este discurso busca ser transmitido a los estudiantes. El video es solo parte de una vasta investigación que Cosamalón y un grupo de personas ha desarrollado para comprender cómo se está enseñando lo relacionado al CAI.
Nota aparte merece la reciente investigación de Mario Meza (El Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y las Fuentes de la Revolución en América Latina), defendida como tesis doctoral en el Colegio de México. La originalidad de su trabajo reside, como ya podrán adivinar, en que descentra el debate sobre el CAI al no estudiar a Sendero Luminoso sino a otro de los actores del bando terrorista: el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. También están apareciendo nuevas fuentes, como el comic Confidencias de un senderista (1982) y otros, como Rupay y Barbarie (ver entrevista en video a Jesús Cossio, quien participó en estos dos últimos trabajos).
Confidencias de un Senderista (1982)
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