Como saben, The King’s Speech (2010) se basa en un hecho real. A grandes rasgos, la película cuenta la historia personal del rey Jorge VI (1895-1952) y su lucha por superar la tartamudez, un factor importante dado el rol de liderazgo que le cupo desempeñar al monarca en medio de la Segunda Guerra Mundial. Para ello, el rey, interpretado por Colin Firth, se somete al tratamiento del terapeuta Lionel Leugue, personaje a cargo de Geoffrey Rush.
Al igual que muchas películas basadas en hechos reales, surge la suspicacia por saber qué tan verídica es la producción y qué tanto se ha tergiversado considerando que no se trata de un documental ni de un biopic, sino de una puesta en escena de un episodio histórico, lo cual implica que quienes están a cargo del film -desde el guionista hasta el director, pasando por el productor o los ejecutivos que financian su filmación- puedan tomarse ciertas licencias.
A propósito de ello, Jon Henley, de The Guardian, entrevistó a Hugo Vickers, asesor de la corte, quien brindó sus servicios para la realización de la película. Aquí va la nota que publicó The Guardian hoy y luego el trailer de la película.
¿Cuán históricamente verídica es “The King’s Speech”?
En mi opinión, una película es una película, y es necesario incrementar la dosis de drama en la misma. La gente puede decir, por ejemplo, que Churchill no jugó un papel tan importante como el que se muestra en el film -en realidad, él no estaba ahí en varios momentos, él nunca pronunció esas palabras, y cosas así. Pero el espectador promedio sabe quién es Churchill; pero no sabe quiénes fueron Lord Halifax y Lord Hoare. No me interesa mucho todo esto en general.
Por supuesto, cuando el rey hizo su famoso discurso luego de que Chamberlain declaró la guerra a Alemania, ninguno de estos oficiales de alto rango que aparecen con él estaban presentes. Pero ellos necesitaban hablar con el rey.
Es la esencia de la historia lo que cuenta, y esa esencia en este film es más que evidente.
Los detalles importante, por cierto. Me gusta pensar que si hay pequeñas cosas que desentonan en este film, es debido al trabajo de personas como yo. Es como entregarle flores a la soprano al final del recital: si se hace bien, nadie se percata que eso ocurrió. Yo le hago una reverencia a Claire Bloom, por ejemplo, y beso su mano, para mostrarle lo que la Reina María habría hecho frente al nuevo rey -su hijo- luego de la muerte de Jorge V. Lo que no sé es si eso realmente ocurrió. Pero es una forma de mostrar que el antiguo reinado ha llegado a su fin y que el nuevo acaba de comenzar.
Hay algunas cosas con las que no me siento muy a gusto. Hay demasiado vocabulario soez. Y la Duquesa de Windsor aparece como alguien poco refinada, lo cual no fue en la vida real. Pero todos en este film merecen un gran reconocimiento.