En los últimos años, el interés por el fútbol ha ido en incremento, no solo en nuestro país sino a nivel mundial, donde el deporte-rey tiene un status más que privilegiado en comparación con otras actividades deportivas. En el caso peruano, hay que destacar la compilación de Aldo Panfichi, Ese gol existe. Una mirada al Perú a través del fútbol, en la que los autores desarrollan la importancia que ha tenido el fútbol en nuestro pasado. Para ello, el libro examina coyunturas determinadas así como personajes y procede a devolverlos a un contexto determinado, lo cual lleva a cuestionar mitos que aceptábamos sin mayor necesidad de explicación.
A continuación, incluyo una reseña que escribí sobre el libro, la misma que apareció en el último número de A Contracorriente.
Para quienes formamos parte de ese incomprendido grupo de agnósticos que no profesamos la fe de los millones de hinchas del balompié, la reciente compilación de Aldo Panfichi nos brinda una excelente oportunidad para reconciliarnos con la redonda y el mundo que la rodea. Ese gol existe. Una mirada al Perú a través del fútbol reúne trece ensayos en torno a la importancia que este deporte ha tenido en el Perú. El libro incluye algunos textos pioneros como el de José Deustua, Steve Stein y Susan Stokes (“Entre el offside y el chimpún: las clases populares limeñas y el fútbol, 1900-1930”, publicado originalmente veinte años antes) y avances de investigación de tesis (“A bastonazo limpio: la historia del primer clásico del fútbol peruano”, de Javier Pulgar-Vidal Otálora). Otro aporte del libro es su manifiesta interdisciplinariedad. Desde diversos campos, Panfichi ha logrado reunir un notable grupo de especialistas: historiadores, sociólogos, literatos, periodistas y médicos. No siempre un grupo tan variado es garantía de calidad en una obra colectiva; no obstante, la habilidad del editor ha logrado superar este obstáculo y nos entrega un trabajo ensamblado y coherente.
Al presentar este conjunto de textos, alternados con caricaturas y fotografías de época, los autores nos llevan del gramado al lenguaje académico. Precisamente, la intención del libro es presentar al fútbol como un potencial objeto de estudio para las ciencias sociales, tan válido como los movimientos sociales o cualquier otro. Este esfuerzo está orientado, entonces, a despertar el interés de los investigadores hacia el fútbol e insertar el caso peruano dentro de la futbología mundial (1). Después de todo, si limitásemos el fútbol a su dimensión lúdica y estrictamente deportiva, estaríamos dejando de lado un magnífico laboratorio de análisis de conflictos, tensiones y relaciones al interior de una sociedad. Quizás ello explique por qué las barras bravas, los contratos y negociaciones, las rivalidades entre equipos, las leyendas tejidas alrededor de las selecciones nacionales, en fin, todo aquello vinculado con este deporte, sea motivo de tentación para los investigadores, los cuales buscan adaptar sus marcos metodológicos al estudio de una práctica deportiva que parece escapar, en no pocas ocasiones, a toda lógica.
Los artículos reunidos en el libro que reseñamos exploran diversos aspectos del fútbol y de los involucrados: futbolistas e hinchas, principalmente, pero también autoridades, entrenadores y periodistas deportivos. Todos ellos hacen su aparición como actores en un periodo que abarca desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Organizados cronológicamente, los ensayos nos acercan tanto a la práctica del fútbol como al imaginario construido a su alrededor. Este último es uno de los aspectos más novedosos de la compilación. En ese sentido, el artículo de Luis Carlos Arias Schreiber es un excelente ejemplo de la capacidad del fútbol para crear mitos, de los hinchas para asumirlos como verdaderos, y de los periodistas para intentar derribarlos. Como sabemos, la participación del seleccionado peruano en las Olimpiadas de Berlín de 1936 y su posterior descalificación fue transmitida de generación en generación como una muestra más del despotismo de los nazis y de Hitler, quien no habría permitido que un seleccionado de jugadores de extracción popular haya ganado al equipo austríaco conformado por jugadores pertenecientes a la “raza superior”. Arias Schreiber desmonta hábilmente esta leyenda y nos devuelve a la (triste) realidad de las fuentes y los documentos. Bajo este mismo rubro podríamos incluir el ensayo de Aldo Panfichi y Víctor Vich, quienes examinan otro hito del balompié local: la muerte de los jugadores del Alianza Lima al estrellarse su avión contra el mar en 1987. Un tercer texto, el de Martín Benavides, centra su atención en la evolución del imaginario popular respecto del Alianza Lima como un equipo de raigambre afroperuana, popular y originario del barrio popular de La Victoria.
Ningún otro deporte logró traspasar con tanto éxito las barreras culturales y sociales como lo hizo el fútbol. De ser practicado en círculos reducidos pasó a convertirse en una actividad de amplios y diversos sectores, en momentos en que parecía que no tenían nada más en común. Ni siquiera la cárcel se libró de la fiebre pelotera. En su ensayo, Carlos Aguirre explora la dinámica futbolística dentro del universo carcelario. Promovido por las autoridades como una forma de preparar al delincuente para su reinserción social, pronto los internos y las autoridades descubrieron cómo sacar provecho del fútbol y convertir su práctica en un espacio de negociación al interior de las cárceles. Lo interesante es que mientras el fútbol se siguió jugando de la misma manera como lo hacían los primeros inmigrantes ingleses que lo trajeron a las costas peruanas, la sociedad peruana experimentaba profundos cambios que tenían a este deporte como uno de sus referentes principales en la construcción de la tan ansiada identidad nacional, según lo refiere David Wood en su artículo. Las ya señaladas bondades de la obra reseñada y el intento por legitimar el fútbol como herramienta de estudio me llevan a hacer dos observaciones, que tal vez sean de utilidad.
En su artículo, Panfichi y Vich sostienen que la percepción sobre el accidente aéreo que provocó la muerte del equipo Alianza Lima “articuló una serie de imágenes relativas a la expresión de los hondos desencuentros culturales del Perú contemporáneo, y fue además una especie de denuncia sobre el comportamiento de las Fuerzas Armadas en el contexto de la guerra sucia que, en ese tiempo, azotaba cruelmente al país” (p. 220). El texto hace referencia al accionar de la Marina en la zona de emergencia y la muerte de sus oficiales a cargo de Sendero Luminoso en los años previos al accidente, ocurrido cuando el avión —propiedad de la Marina— que transportaba al equipo aliancista se estrelló en el mar a pocos minutos de aterrizar. A partir de las múltiples lecturas e interpretaciones sobre los acontecimientos que rodearon al accidente, los autores establecen tres tipos de relatos sobre el hecho, los cuales ponen énfasis en la responsabilidad del Estado en la tragedia, la conversión de los jugadores en héroes populares y las tensiones raciales y de clase del país. Si bien el enfoque es novedoso, considero que para clarificar mejor el argumento se pudo haber indicado cuándo fueron realizadas las entrevistas, ya que el lapso transcurrido entre los hechos y la entrevista afectó la percepción de los actores. De igual modo, en algunos pasajes se establecen causalidades que no terminan de ser concluyentes, al menos desde mi lectura, como aquella que señala que Tomasini, uno de los jugadores que fallecieron en el desastre, por ser blanco y de una familia acomodada “era una persona fuerte, bien alimentada y que sabía nadar perfectamente” o cuando se señala la transformación de los jugadores fallecidos en héroes populares por su integridad frente al corrupto manejo de los pilotos y de la Marina o, finalmente, al tratar de vincular las causas del accidente con una interpretación de un Estado corrupto. Asimismo, en los testimonios el terrorismo no figura como una de las causas de la tragedia (p. 227). Todo ello no tiene por qué desviarnos del punto central del ensayo: el ordenamiento de una experiencia a través de un relato coherente que pueda ser asumido por los deudos y simpatizantes.
El segundo comentario guarda relación con lo señalado por Arias Schreiber sobre la influencia del fascismo en el Perú. En efecto, existió cierta simpatía hacia los gobiernos europeos de corte totalitario de los años treinta, pero en el caso peruano la admiración estaba encaminada hacia el fascismo de corte latino (español e italiano), antes que al alemán y mucho menos al japonés (2). A diferencia de otros países, donde sí hubo grupos de adherentes locales a los nazis (Chile, Colombia y México, principalmente), el Perú no tenía una colonia alemana lo suficientemente fuerte como para promover la difusión de la ideología nazi. Por ello no se puede confundir el fascismo italiano con el alemán y señalar que la Unión Revolucionaria —cuyo uniforme era precisamente las camisas negras y no las pardas mientras que su líder Luis Flores buscaba parecerse más al Duce que al Führer— sea tomado como un movimiento pro-nazi. En el texto tampoco es evidente que la malograda participación del seleccionado peruano en Berlín fuese una “cortina de humo” aprovechada convenientemente por el gobierno de Benavides (p. 152, n. 24) como parte de su retórica populista. Sería interesante conocer además las fuentes que utiliza el autor cuando señala que “las referencias que se hacían de Adolfo Hitler —en [el Perú de] 1936— estaban cargadas de elogio y admiración” (p. 148).
Más allá de estas observaciones, debemos concluir señalando que Ese gol existe es una excelente manera de introducir nuevos temas al espectro de las ciencias sociales y nos desafía a repensar nuestras herramientas y marcos metodológicos (y probablemente, hasta nuestra relación con el más popular de los deportes).
Notas
(1) Una reciente compilación de Rory Miller y Liz Crolley da cuenta de la atención que se está brindando a este deporte y la legitimidad que ha obtenido en los últimos años. Rory Miller y Liz Crolley, eds., Football in the Americas: Futbol, Futebol, Soccer (Londres: Institute for the Study of the Americas, 2007).
(2) Sobre la influencia del fascismo en el Perú puede consultarse José Ignacio López Soria, El pensamiento fascista. Antología (Lima: Mosca Azul, 1981) y Tirso Molinari Morales, El fascismo en el Perú. La Unión Revolucionaria, 1931-1936 (Lima: Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2006).