Agradecemos a la Dra. Balloffet y a Stanford University Press por permitirnos la traducción de este texto, proveniente del libro Argentina in the Global Middle East. El libro puede ser adquirido tanto en e-book como en papel
Localizando el Medio Oriente Global
Para cuando los investigadores habían comenzado a estudiar la historia del mahjar (es decir, de las geografías y colectividades que pertenecen a la diáspora de la región del Mediterráneo Oriental de habla árabe), el legado de los “estudios de área” de la Guerra Fría había comenzado a ejercer una gran influencia en la manera en la que pensábamos e investigábamos sobre “Medio Oriente” y “América Latina”. Los campos metodológicos y conceptuales que habían normalizado las fronteras naturales de dichas “áreas” dejaban poco espacio para aquellos sujetos cuyas realidades se definían en el movimiento entre espacios. Pese a que fue durante la Guerra Fría cuando se produjo la consolidación de los “estudios de área”, la tendencia a aislar y segregar el espacio mundial viene de mucho más atrás. El deseo de dominar a través de complejas prácticas que involucran la clasificar, delinear y dividir reposan en el corazón mismo de los sistemas coloniales de dominación territorial que ha prevalecido por siglos. Cuestionar esta aparente lógica de segregación es necesariamente uno de nuestras primeras y urgentes obligaciones si lo que buscamos es desprendernos de este legado colonial en la manera en que pensamos, escribimos y enseñamos historias globales. No hay mejor forma de alterar el concepto tan finamente empaquetado de regiones mundiales que ahondar al interior de las historias de movimiento de largo alcance, tales como migraciones masivas, entre aquellas geografías. De este modo, las historias del mahjar nos ayudan a minimizar el legado de los puntos de vista colonial y nacionalistas que por varias generaciones acogieron sus propias visiones del mundo.
Esto no significa negar que no existen historias políticas, culturales y lingüísticas profundamente vinculadas con lugares que han contribuido a moldear las visiones y costumbres que los migrantes trajeron consigo dentro del mahjar. En el pasado, algunos investigadores de las migraciones han llamado a estas comunidades ‘diásporas”, es decir, formaciones sociales con rasgos sociológicos distintivos, donde grupos dispersos de personas buscan mantener las conexiones con el hogar, tanto de manera literal como metafórica, a través de un sinfín de estrategias. Otros han recurrido a la noción de “comunidades imaginadas” acuñada por Benedict Anderson, donde se conceptualiza la diáspora como una forma particular de comunidad imaginada, la cual es producida a través de “cosmologías políticas, simbólicas y morales que pertenecen y trascienden los contextos sociales y territoriales en las que existen”. Dado que el presente estudio busca pensar más allá de estas regiones mundiales de carácter tradicional, evitamos la idea de que una diáspora es un concepto rígido contra el cual medimos o comparamos los hábitos de los inmigrantes de Medio Oriente y de sus descendientes en Argentina. Antes que un marco conceptual, es más beneficioso hablar de un sentido geo-espacial en el contexto de las relaciones entre Argentina y Medio Oriente. En resumidas cuentas, podemos pensar el mahjar como una “diáspora” que denota un terreno físico dentro del cual se encuentra un conjunto de lugares del cual operan estos actores transregionales. Esto nos permite categorizar la producción cultural o la política ‘diaspórica’ como actividades definidas por su generación antes que por el contexto geoespacial del mahjar. Poner en un primer plano la naturaleza geoespacial del término sirve como recordatorio que estos grupos -ya sea que los concebimos como comunidades imaginadas, diásporas o de otra manera- fueron sobre todo el producto de complejas redes de movilidad a ambos lados del Atlántico. Este libro explora la dinámica en la cual estas movilidades diaspóricas no solo influyeron en la formación de los paisaje social del mahjar sino que tuvieron un rol importante en los vínculos entre Argentina y Medio Oriente fuera de la esfera de la diáspora.
El universo de paisajes sociales que componen el mahjar en las Américas sirve como el foco de atención de un creciente número de investigadores de la migración del Medio Oriente, en su pasado y presente. Afinando nuestra atención en las formas en que lo cultural, social y político actuaron a través del mahjar en una escala global nos invita a pensar el Medio Oriente como algo más que una simple convención geográfica. Podemos imaginar este nuevo enfoque de análisis como un “Medio Oriente Global”. Los recientes trabajos sobre la migración de Medio Oriente a las Américas nos han ayudado a organizar los vínculos de larga distancia que unen la historia del hemisferio americano con el del Mediterráneo de lengua árabe. Desde Canadá, Cuba y Argentina, personas con lazos transregionales en lugares como Siria, Líbano y Palestina tomaron parte en el agitado proceso que dio forma al Medio Oriente. Mientras tanto, a lo largo del hemisferio, ellos también se convirtieron en americanos. Fueron procesos que se desarrollaron de manera simultánea y que se influyeron mutuamente por el cual los migrantes y sus descendientes conformaron múltiples identidades de pertenencia. Sobredimensionar el significado de esta dualidad (transregionalismo versus integración) pone en riesgo de colocarnos en la dualidad inmigración versus emigración. Al movernos fuera de esta dualidad podemos aprovechar la oportunidad de desarrollar un vocabulario sobre movimiento que no se detenga en las fronteras nacionales y que no necesariamente excluya prácticas migratorias que necesitan ser estudiadas como un sistema inclusivo. Antes que centrarse en las experiencia de árabes-americanos desde estas dualidades, este libro organiza su análisis alrededor del movimiento en sí (viajes de negocios, campañas políticas, productores culturales errantes, entre otros) que estuvieron en el centro mismo de estos paisajes sociales vivos del mahjar y en el corazón de esta noción del Medio Oriente Global.
Imaginar un Medio Oriente Global nos puede ayudar a pensar de manera diferente sobre “América Latina” como una región asumida de por sí. Puede abrir asimismo nuevos caminos para pensar otros tipos de circulación e intercambio entre América Latina y el resto del mundo. Al colocar la migración en el centro de esta nueva perspectiva globalizada sobre América Latina, inevitablemente traslada nuestra atención hacia una variedad de entrelazamientos y cruces, desde lo político a lo cultural. Estos entrelazamientos suelen estar conectados a procesos históricos de migración humana y movilidad, y a las relaciones trans-regionales que se forman posteriormente. De este modo, el presente estudio del lugar de Argentina en este Medio Oriente global revela el nexo entre redes migrantes y la evolución de la política exterior (lo que un historiador ha llamado “relaciones exteriores inmigrantes”) (). Las relaciones de este tipo se manifestaron en Argentina por medio de personas, ideas y gobiernos desde el Medio Oriente al norte de África. Esta dinámica se desarrolló a lo largo del siglo XX y durante el boom de la migración global, y continúa influyendo actualmente en el lugar que ocupa Argentina dentro del Medio Oriente.
Como parte de un proyecto más amplio de pensar más allá del limitado territorio donde habitan construcciones como “Medio oriente” -y por extensión, “América Latina”- es útil explorar el concepto de geografías alternativas y potencialmente unificadoras. Un ejemplo es el que este libro utiliza como marco conceptual: “Sur Global”. En tanto término, el Sur Global apareció como una alternativa de la Guerra Fría al término “Tercer Mundo” y fue utilizado por varias organizaciones gubernamentales. La naturaleza menos jerárquica del concepto (a diferencia de “Tercer Mundo” o “países en vías de desarrollo”) contribuyó a su creciente popularidad durante este siglo en el campo académico. Se trata de un término íntimamente relacionado al impacto de la globalización capitalista en la periferia de espacios más desarrollados y poblaciones humanas. Los estudios sobre el Sur Global (Global South Studies), como campo académico, examinan las dinámicas de poder al interior del sistema capitalista y, lo que lo hace relevante para este libro, la historia y la realidad contemporánea de los vínculos sur-sur. Podemos caracterizar estas relaciones como un conjunto de intercambios, diálogos, solidaridades y colaboraciones que atraviesan líneas nacionales, étnicas, raciales y lingüísticas. Esto es particularmente provechosos para así teorizar sobre los modos en que los actores de América Latina y el Medio Oriente/África del Norte de la post-guerra construyeron sus historias y entrelazaron sus destinos. Pese a que el término no era de común uso en ese entonces, el Movimiento No-Alineado que se desarrolló durante las décadas posteriores a los años 1960 emergió en gran medida de las ideologías sociales y políticas de individuos que reconocían su subordinación compartida a los poderes capitalistas.
Incorporar la idea de un Sur Global a las historias de migración que conectan la geografía de este libro nos permite utilizar el término como un lente de análisis, no solo como un sitio fijo de investigación. En este contexto, teorizar el Sur Global como un sistema espacial marcado por formas interconectadas de movilidad, lo cual nos ayuda a tener una visión más clara de los movimientos sur-sur de las personas, ideas y objetos que influyeron en la conformación de Argentina como parte de un Medio Oriente Global. Esta perspectiva se relaciona de manera clave con otros sistemas que se basan en la historia de la migración y que nos motivan a identificar los vínculos transculturales que aparecen entre sociedades y estados a través de procesos migratorias a través de las fronteras nacionales, flujos de capitales y la circulación de ideologías (). La diversidad de interconexiones que caracterizan la historia de Argentina y Medio Oriente es, en suma, lo que cada capítulo de este libro busca delinear. Estos marcos conceptuales pueden llevarnos hacia el análisis de la interconexión desde la base y de experiencias compartidas antes que simplemente a desterritorializar nuestras unidades de análisis.
Esto no significa que la existencia del Estado-nación desaparezca del todo o se desterritorialice. En nuestro caso de estudio, significa que podemos acercarnos a una nueva historia internacional de Argentina. Junto con una exploración de las movilidades en el mahjar, debemos necesariamente examinar cómo el estado argentino, junto con otros sectores de la sociedad civil, forjó una serie de visiones y proyectos de la relación de Argentina con Medio Oriente y el Norte de África. En parte, estas visiones se articulan a través de la experiencia de la interacción y al permitir actitudes que han ido cambiando hacia los migrantes de Medio Oriente y sus descendientes en Argentina y otras partes del mundo. Esto es cierto desde los años de gobiernos liberales como los de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y Juan Bautista Alberdi (1810-1844) a lo largo del siglo XX hasta llegar a la Guerra Fría. Abordar el largo camino de la historia internacional de Argentina y su relación con los sistemas de migración global también nos permite generar una nueva comprensión de los migrantes en América Latina en el siglo XX de manera más amplia. Podemos aproximarnos a la historia transregional de este libro como una forma de ensayar futuros marcos conceptuales de comunidades migrantes latinoamericanas como sistemas de movilidad cruzada.
Estos sistemas a su vez promovieron relaciones transregionales en diferentes escalas. El visibilizar estos sistemas entrelazados históricamente y los caminos de movilidad tiene la capacidad de conectar diversas geografías de América Latina con la historia de flujos de capital trans-regional, movimientos sociales, relaciones políticas y circulaciones culturales. La naturaleza internacional y cosmopolita de ciudades como Ciudad de México, Buenos Aires, La Habana nos ha motivado a apreciarlas como lugares conectados a procesos históricos. Al considerar los modos en que estos centros urbanos fueron parte de redes regionales de movilidades migrantes resulta en la repentina y dramática incorporación de ciudades secundarias, pueblos, poblados y caseríos a lo largo del hemisferio dentro de nuevas historias internacionales de América Latina. De manera simultánea, también ganamos una visión más holísitca de la geografía socio-espacial de los grupos migrantes (como el mahjar) que han sido estudiados previamente como enclaves étnicos aislados antes que como nodos de una red más amplia. En otras palabras, este libro nos empuja hacia el tema de la génesis de las presunciones sobre geografía regionales y globales como si hubiesen estado intrínsecamente separadas, sea a un nivel micro-regional, nacional o incluso global.
Lily Pearl Balloffet es PhD en Historia por University of California, Davis (2015). Actualmente vive en Santa Cruz, California, donde es Profesora Asistente en el Departamento de Estudios Latino Americanos y Latinos de la Universidad de California, Santa Cruz. Anteriormente fue investigadora postdoctoral del Centro Khayrallah de Estudios sobre Migración del Medio Oriente en la Universidad de Carolina del Norte (EEUU). Su actual proyecto estudia el veneno de serpientes y la circulación de capital humano y financiero además de conocimientos en las Américas en el siglo XX.
Pueden leer su artículo “From the Pampas to the Mashriq: Arab-Argentine Philanthropy Networks,” Mashriq & Mahjar 4.1 (2017): 4-28.
Y “Argentine and Egyptian History Entangled: From Perón to Nasser,” Journal of Latin American Studies 50.3 (agosto 2018): 549-77.
Imagen de la cabecera: Ceremonia de construcción del Hospital Sirio-Libanés, 1937. Fotografía tomada por la autora en 2011. Fuente: “From the Pampas…”
* Por motivos de formato, las notas originales del texto han sido suprimidas en este post.